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miércoles, 14 de enero de 2009

SAMURAI URBANO. Máxima 2009.

Un japonés que pretende poner en su lugar a varios americanos y europeos de su tamaño. El Máxima se ha comercializado en el mercado mexicano por casi 20 años con una excelente aceptación.

La espera por el Nissan Máxima ha terminado, se encentra disponible en los concesionarios mexicanos de la marca desde el pasado 25 de septiembre tal y como fue presentado en el pasado autoshow de Nueva York, por lo que muy pocos han sido los afortunados en manejarlo en territorio nacional.

Primero que nada debo aclarar que no me considero el target de un sedán como éste, además a excepción de un Nissan GT-R, un Mitsubishi Evo o un Subaru WRX STI, casi siempre preferiré un auto europeo sobre uno oriental; los japoneses son probablemente los que tienen la mayor tecnología, pero los europeos son más acogedores gracias a la calidad de sus interiores y materiales de construcción. Por eso en este artículo hablaré de él para romper con todos los miedos y estigmas.

El nuevo Máxima es un sedán realmente emblemático para la marca, ya que en el mercado nacional se ha comercializado por casi 20 años con una excelente aceptación y esta séptima generación seguramente no será la excepción a la regla. Su diseño es muy arrogante y musculoso gracias a la nueva plataforma “D” y a su similitud con la marca hermana del segmento de lujo, Infiniti. Incluso los ingenieros lo han denominado “movimiento líquido” (liquid motion), destacando los faros en forma de L, la amplia parrilla y los paneles laterales limpios.

En el frente - sobre todo en los faros con luz xenón - sigue los rasgos del más deportivo de sus hermanos: el GT-R, pero con un toque conservador. Los costados son limpios, resaltando las salpicaderas ensanchadas que cubren suavemente los enormes rines de 19 pulgadas de la versión Sport (el modelo Tracking los porta de 18). Es curioso porque si lo vemos desde arriba, descubriremos una seductora silueta femenina que adelgaza en la parte media.

Pero no todo es miel sobre hojuelas, y esto porque a la parte trasera le faltó una mayor identidad apegada a la marca y más después de ver el gran estilo de la parte frontal. Las calaveras, a pesar de incorporar 12 LEDs cada una, tienen un aspecto sobrio y no se terminan de conjugar con el modesto spoiler situado en la parte alta de la cajuela y la doble salida de escape.

Sus dimensiones se traducen en comodidad; al ser un vehículo tan amplio el confort se manifiesta en los espacios del interior, dando a los pasajeros un ambiente muy placentero en viajes largos y mucho más si se trata de un uso citadino, ideal para viajar en la parte trasera mientras alguien conduce por ti. Los asientos de piel no son calefactables, detalle un tanto extraño en un auto de estas características pero que de esta forma elimina la tentación de viajar en la parte delantera.

En lo que respecta al equipamiento, este auto de casi medio millón de pesos no defrauda. Como en la gran mayoría de los sedanes de este segmento, la llave inteligente es de presencia y basta con tenerla guardada en algún bolsillo para ser reconocida. El sistema de audio BOSE con nueve bocinas, - característico de la marca - con capacidad para seis discos, entrada auxiliar y MP3; el aire acondicionado cuenta con control automático y es de doble zona, la primera para el conductor y la segunda para el acompañante, además de ventilas en la parte trasera. Es increíble que siendo Japón la capital de la tecnología no cuente con un sistema de navegación, incluso unos cuantos pesos por encima de su precio esta el americano Lincoln MKS, que ya lo tiene.

La seguridad es algo que ya no se puede dejar atrás, menos cuando pagas $431,700 por la versión Trucking o $450,600 sí se trata del Sport; para hacer valer tu dinero esta séptima generación del Máxima cuenta con bolsas de aire frontales de doble etapa con sistema avanzado de detección de ocupante, laterales en asientos delantero y tipo cortina; además de que cuenta con control dinámico de estabilidad en caso de subviraje y sobreviraje, y el ya acostumbrado control de tracción para evitar la pérdida de adherencia en las ruedas.

Aunado a los sistemas anteriores, en los frenos aparece el ya conocido ABS, el sistema de asistencia de frenado y la distribución electrónica de éste. Mucha tecnología en el papel, pero es turno de llevarlo a la práctica.

El motor es un V6 de 3.5 litros técnicamente llamado VQ35, que genera 290 hp y 261 lb/pie de torque, presentando un incremento considerable de 35 hp y 9 lb/pie frente a la sexta generación gracias a un mayor índice de compresión , a la inducción variable de aire hacia el motor, un acelerador electrónico con el sistema Drive by wire y el sistema de control de tiempo variable de apertura de válvulas (CVTCS). La transmisión que complementa el tren motriz es una X-tronic CVT con modo manual de seis velocidades, que al ser de variación continua mejora el desempeño, disminuye el consumo de combustible y por lo mismo reduce las emisiones contaminantes.

Cuenta además con un modo Sport en automático o con paletas en el volante (versión Sport) para disfrutar más de su deportividad. Descubrimos que cuando se pisa el acelerador a fondo en el funcionamiento automático, el Torque Steer es realmente notorio cerca de las 4,000 rpm y como se trata de una CVT dicha sensación en el volante dura más tiempo que con un auto de transmisión automática común y corriente.

Por el contrario, cuando se maneja con el modo manual se desempeña mucho mejor, los cambios realmente son precisos tanto de manera ascendente como descendente y le sacan todo el “jugo” al motor, lo suficiente para llevar sus 1,647 kilogramos de peso de 0 a 100 kms/hr en 6.2 segundos, una cifra muy razonable si consideramos que se trata de un cuatro puertas que mide 4,843mm de largo, con una distancia entre ejes de 2,775mm, 1,180mm de ancho y 1,467 de alto. Y eso que se le quitaron cerca de 10 centímetros en comparación con la versión anterior.

El Máxima es un sedán muy completo que cumple su propósito gracias al desarrollo tecnológico, confort y suavidad de marcha aunque me atrevo a decir que esperaba un poco más de deportividad dada su imagen agresiva y su ADN compartido con el GT-R.

Cuenta con lo suficiente para un uso meramente cotidiano al ser confortable para cuatro personas y espacioso en todos los sentidos; sin embargo al exigirle un poco más presenta una tendencia considerable al subviraje, es decir, que se va de frente al tomar una curva a altas velocidades. Pero es obvio que no se trata de un deportivo, eso lo sabemos, aunque con sus ansias de hacerle frente a autos como el Mercedes – Benz clase C y la serie 3 de BMW carece del toque Sport de los europeos, al menos en manejo y por no tratarse de un vehículo con tracción trasera, características compartidas en la mayoría de los autos destinados a un mercado americano donde las interminables rectas rara vez presentan imperfecciones.

El último samurai llegó en un momento insípido para el mercado mexicano: suben los precios de la gasolina y los grandes motores tienden a desaparecer, por ello le auguramos éxito gracias a su corazón de 3.5 litros, poderoso ciando se le exige y recatado en cuanto a emisiones de CO2; el auto perfecto para un país que funciona bajo el influjo de la moda.


Fuente: Car Magazine.

Video Nissan Máxima 2009.

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