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martes, 9 de septiembre de 2008

Caliber SRT 4: Para domadores !

Hace unos pocos meses, llegó el esperado Caliber SRT 4, que se convierte en uno de los compactos deportivos más veloces del segmento.
Al igual que su antecesor, el Neon SRT 4, esta radical versión ofrece una insuperable relación precio / potencia.

El legendario “músculo americano” puede venir en diferentes presentaciones, no todo tiene que ser de tracción trasera, motor V8 y dos puertas. También los hay – al menos a partir de ahora – con forma de “camionetita” tracción delantera y motor de cuatro cilindros, justamente como el Caliber SRT 4, el nuevo “musclecar” de Dodge.

Pero vayamos por partes. Su antecesor se llamó Neon SRT 4, que fue popular por su relación precio / potencia; costaba unos $ 230,000.00 pesos, y tenía eso, 230 hp. Además, por el escaso equipamiento y simpleza de su mecánica y bastidor, era muy ligero, razón por la cual se podía “cocinar” a deportivos de mayor estirpe a la salida de un semáforo. Era como un toro enojado después de algunos banderillazos.

Los años pasaron y ese producto que era bueno como concepto, pero no tanto el resultado, maduró. Evolucionó en forma de Caliber SRT 4 con la misma premisa: ofrecer una imbatible relación precio / potencia.

SABOR TUNING
A simple vista, el nuevo integrante de la familia Street and Racing Technology se nota diferente. Las fascias son más prominentes, los spoilers son mas grandes, hay una entrada de aire en el cofre (las salidas son de adorno), tiene rines de 19 pulgadas con frenos más grandes, un gigantesco alerón en la parte superior del medallón, una enorme salida de escape y hasta una especie de difusor de aire que, aunque seguramente no es del todo funcional, luce atractiva para muchos.

El interior sigue la misma tónica. El tablero tiene en el extremo izquierdo un indicador de la presión de soplado del turbo. Además la computadora de viaje puede desplegar no sólo información de los consumos y la presión de inflado de las ruedas, sino además una serie de números para los amantes de la velocidad.
Muestra en tiempo en aceleraciones de 0 a 100 kms/hr, en un octavo y cuarto de milla, frenados con tiempo y distancia y hasta la aceleración lateral (en fuerzas G) durante una curva o un slalom.

Una serie de valores que no sé qué tan útiles puedan ser con el paso del tiempo, pero vaya que los disfrutará el conductor; un buen gadget. Otros elementos únicos de la versión son los asientos mas grandes y bordados con las siglas “SRT”, un potente equipo de audio con amplificador Boston y piel que simula correctamente a la fibra de carbono en palanca y volante.

Los demás elementos, ya son conocidas en otras versiones del Caliber, como las bolsas de aire, el quemacocos entre otros. Sin embargo, hay que hacer alto en una crítica que ya se ha hecho antes: los plásticos de prácticamente todo el interior y los ensambles son pobres. Casi ningún panel es agradable a la vista ni al tacto; se notan muy económicos y no corresponden a la imagen que se quiere transmitir con este auto.

DOMADOR DE LEONES.
Una vez encontrada la posición correcta de manejo, no queda más que poner en marcha el motor. Lo primero es un rugido discreto pero ronco que deja entrever su potencia. La palanca de velocidades es precisa y de recorridos cortos; no es la de un BMW pero resulta muy cómoda y permite cambios rápidos. El clutch también es suave pero hay que acelerar más de la cuenta antes de soltarlo o de lo contrario se puede apagar.

Al poco tiempo sale a relucir una cosa: la suspensión es muy dura y seca, lo que quiere decir que efectivamente no hay lancheos, pero tampoco absorbe nada; cualquier irregularidad del camino llega a toda la cabina. El mejor escenario es el pavimento de una pista de carreras o una autopista “gringa” de esas completamente planas, sin baches, ondulaciones o vados.

Cuando finalmente se puede acelerar el SRT 4 da una grata sorpresa: torque steer. Es aquella tendencia del volante a jalar violentamente hacia un lado o hacia el otro en una aceleración a fondo, llegando a ser muy incómodo y hasta difícil de controlar.
Esto no quiere decir que sea peligroso, pero si se necesita de mucha mayor atención que cualquier otro turbo de tracción delantera.

Por su parte el motor sobrealimentado de 2.4 litros ha sido pulido para entregar 285 hp. Es casi una joya de la ingeniería por su forma de trabajar, pero nuevamente, el torque steer le hace sombra, y mucha. Es una verdadera turbina de avión que sopla con una extraordinaria fuerza; pareciera por momentos como si el motor tuviera 350 hp.

SÍ ES FUERTE.
Primera, segunda, tercera, cuarta … no deja de empujar hasta el corte de inyección a las 6,500 rpm, pero nuevamente, ese constante tirón de la dirección, obliga a quien lo conduzca a ser muy prudente antes de explotar el potencial del motor si no se esta en una carretera ancha y sin tránsito.

Tiene una fuerza brutal, pero difícil de controlar; muy al estilo de los primeros y mas rudimentarios turbos de hace unas tres décadas. Algo muy parecido a la sensación sería el Magnum Turbo.

Los números hablan de contundencia. A pesar de la dirección y la inexistente comodidad de la suspensión, el SRT 4 acelera y acelera mucho. De acuerdo a varias mediciones, logra el 0 – 100 kms/hr en no mas de 7 segundos a la altura del Distrito Federal; un valor que lo pone en terrenos de un M3 por ejemplo, y apenas por debajo de un Shelby GT 500 de 500 hp. Los números impresionan, pero lo harían más si estuviera más pulido el bastidor.

Los frenos también son muy efectivos, ya que fueron “transplantados” de un Charger R/T, algo que se nota en la buena resistencia a la fatiga y valores absolutos mejores que la media. De serie tiene control de estabilidad que no se puede desconectar por completo. Sólo se apaga el de tracción, y con éste apagado, el de estabilidad es mas tolerante, pero siempre presente.

El consumo de combustible es lo que se puede esperar de un motor de ése tamaño, e incluso un poco mejor, ya que logra una media de 12 kms/litro.

BUENA ESTRATEGIA
En mercados como el nuestro los número venden muy bien. Ya no es de mil pesos por hp, como el Neon, pero cuesta 300 mil pesos y tiene 285 hp; una relación que poca gente podrá resistir, ya que rivales como el GTI, el Mégane RS y el León FR, cuestan incluso más y tienen entre 50 y 85 hp menos. Pero no podemos olvidar que la potencia no lo es todo. Sí acelera mucho, pero está lejos de ser tan efectivo como cualquier pocket rocket del Viejo Continente.



Comercial Dodge Caliber SRT 4




Fuente: Automóvil Panamericano

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