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miércoles, 1 de octubre de 2008

La conquista del espacio.

Acura apostó por el tamaño, como arma, en la nueva generación del TL. Logró mejorar el auto, pero no ganar la guerra.

La marca Acura sabe que necesita crear imagen entre los clientes. Una imagen aún más fuerte que la que ya tiene. Y esto es aún más válido ahora que presenta el nuevo sedán TL al mercado, el auto con el que espera luchar contra su rival más poderoso, tanto en posicionamiento de marca, como en su producto: el BMW Serie 5. Por lo tanto, optó por aumentar el tamaño del TL y así estar más cerca de su tenaz contrincante.

Ahora más alto, más rápido y más fuerte, el TL tiene, según su fabricante, todos los elementos para pelear al tú por tú con el Serie 5; pero ha recurrido a algunos elementos que pueden parecer extraños ante algunos ojos. El más raro de ellos es su parrilla que ha causado polémica y parece haber sido diseñada más bien por la gente de mercadotecnia - en busca de una fuerte identidad corporativa -, que por la de diseño.

El resto del auto esta bien proporcionado y elegante, logrando disimular los 15 cm que creció en esta nueva generación. La parte trasera recuerda mucho a los TL de hace un par de generaciones. Al menos deja esa sensación de déjà vu.

En su interior, el idioma es otro, no hay la necesidad de llamar la atención de nadie, sólo la de complacer a los ocupantes, aparentemente. Pero el mayor tamaño no se traduce en mayor espacio para los pasajeros. Adelante, de hecho, los asientos parecen más chicos e incomodan un poco por su firmeza excesiva, sobre todo en los bordes. Atrás, hay unos 4 cm más de espacio para piernas, muy bienvenidos.

También para los hombros hay una mayor amplitud, pero el asiento trasero sigue siendo un lugar para dos personas, no tres como en casi todos los vehículos. Se logra una atmósfera de lujo gracias a la excelente elección de materiales y un cuidado extremado en la ejecución.

Todo esta en su lugar y encaja exactamente con las partes colindantes. El plástico superior del tablero, por su forma de superficies cóncavas y convexas, se refleja mucho en el parabrisas en días soleados. En todo lo demás el interior del auto vive en el mismo condominio de la perfección. Hay un buen equipo de sonido, un eficiente sistema de manos libres con Bluetooth (con entrada auxiliar y USB); acondicionador de aire digital con salidas traseras; quemacocos y otros lujos que se esperan en autos de este tipo, como el forro de cuero perforado de los asientos, por ejemplo. El conjunto transmite clase, sin las exageraciones que suelen ser la antítesis de la elegancia.

ALEMANIA EN LA MIRA
Hasta aquí tenemos tamaño, lujo y clase, detalles que ponen al TL en el mismo nivel del BMW Serie 5. Hay, sin embargo, un par de cosas que lo alejan. Una de ellas es su conjunto mecánico. Pese a que el propulsor del TL aumentó en desplazamiento, pasando de 3.2 a 3.5 litros, y el V6 tiene más fuerza para enviar a las ruedas – 280 hp –, este poder llega al eje equivocado, es decir, al delantero. Además, lo hace a través de una caja automática de cinco velocidades, cuando ya todos usan seis o siete velocidades en ese segmento.

En la pista de pruebas, concretamente en el autódromo de Guadalajara, el TL demostró sus capacidades. Tardó 8.83 segundos para alcanzar los 100 kms/hr. En el frenado, necesitó 42 metros para detenerse desde 100kms/hr y cruzó la marca de los 400 metros en 16.53 segundos a 137 kms/hr. Son números razonablemente buenos, pero se espera más de un auto que costará alrededor de 50 mil dólares. A pesar de esto, Acura hizo un gran trabajo para controlar los embates del par sobre la dirección.

Aún cuando se acelera mucho, el auto mantiene el control. Pero la fuerza aplicada en la fuerza anterior significa menor deportividad a cambio de un manejo más predecible. Cuando llegue el motor de 3.7 litros, casi a finales de año, también vendrá el famoso SH-AWD, que ha ayudado a otros Acura a ser muy deportivos en caminos sinuosos. Sin embargo la magia de un vehículo de tracción trasera sigue ausente en el TL, al menos por otros cinco o seis años.

El hecho de estar lejano del Serie 5 no hace del TL un mal auto. Al contrario, es un excelente automóvil con virtudes que ni siquiera los alemanes pueden ofrecer. Una de ellas es la durabilidad. Otra, el servicio. Otra más es ese manejo más fácil por la tracción delantera; una conducción que puede ser también muy rápida, precisa y placentera. Porque el TL es un auto que transmite solidez, aplomo, fuerza, seguridad. También logra llamar mucho la atención en la calle, cosa que su hermoso pero discretísimo antecesor, no conseguía.

El auto es claramente superior al que reemplaza. Tiene más poder, mejor manejo, terminados más dignos del segmento de lujo y mayor espacio. Sin embargo, aún se queda corto en relación con el Serie 5, tanto en imagen de marca, como en desempeño. No es imposible llegar al nivel de autos como los que tienen los alemanes, pero para esto es necesaria una inversión de una plataforma de tracción trasera, algo que Honda como corporación parece no estar dispuesta a hacer, al menos todavía.

Otras marcas como Infiniti y Lexus, ya lo hicieron y conquistan cada vez más a los consumidores de todo el mundo, principalmente Infiniti. Por ahora, con sólo aumentar el tamaño y la potencia como hicieron en el TL, parece no ser suficiente.


VIDEO ACURA TL





Fuente: Car and Driver.

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