span.fullpost {display:inline;}

viernes, 17 de octubre de 2008

La sorprendente vida de una llanta F1.

Estas 1,800 llantas Bridgestone van al siguiente GP. 12 de ellas estarán en el Renault de Fernando Alonso, 12 más en el Ferrari de Kimi, y así se podría nombrar a cada uno de los pilotos que salen en cada GP formados en la parrilla de salida en busca de la bandera a cuadros, la historia de este vital componente es más compleja de lo que podría pensarse …

Imagínate hacer tu trabajo sin falla, ganar una carrera y después ser botado a las oscuras profundidades de un camión que se dirige a uno de los siete lugares secretos donde se desechan este tipo de neumáticos en Inglaterra. ¿Es una labor poco gratificante, no? Pero ese es el destino de FIA 09314076 – la llanta frontal derecha del set 206. lo único agradable que puede rescatarse de todo esto, es que no estará sola, las otras 1,119 llantas para piso seco de cada fin de semana de F1, hayan sido usadas o no, van a dar exactamente al mismo lugar: el incinerador.

El brazo europeo de Bridgestone Motorsport opera en Langley, a unos pasos del aeropuerto de Heathrow, bajando por al autopista M4, rumbo a Londres, donde puede verse el edificio a mano izquierda: una de tantas bodegas blancas en un complejo industrial en la zona de Slough. Pero por dentro es algo muy distinto: el suelo está cubierto con los neumáticos que esta vez se usarán en el GP de Japón. Son cerca de 1,800 en total: siete sets de cada tipo de neumático para piso seco por cada auto, cuatro sets de llantas para piso mojado, tres sets para condiciones extremas de piso mojado y unas cuantas de repuesto, en caso de que hubiera algunas dañadas o con fallas. Por ahí entre todas ellas, en algún lugar, está 09314076.

Para el momento en que las llantas llegan a Langley, ya han dado la vuelta a la mitad del planeta en un barco contenedor. Cada Potenza para F1 esta manufacturada en el Centro Técnico de Bridgestone en Kodaira City, un suburbio al poniente de Tokio, y se identifica de forma individual con un código de barras antes de dejar la fábrica. Todos esos códigos de barra son enviados al delegado técnico de la FIA para la F1, Jo Bauer. Las llantas se mezclan al más puro estilo de las pelotitas del bingo antes de ser seleccionadas aleatoriamente.

Se podría pensar que este proceso implica que una celebridad de mediana talla enfundada en guantes blancos sea el adecuado para realizar el sorteo, pero no es así. Cuatro códigos de barras del mismo bloque se combinan para formar un set; el proceso se repite miles de veces y los resultados alimentan el “escáner maestro”, operado en los circuitos por el representante de la FIA, Kris de Groot. Es un proceso laborioso, pero en un mundo tan paranoico como el de la F1 no hay otra forma de asegurar igualdad total.

Es martes, a unos días del GP de Japón y los seis camiones de Bridgestone esperan fuera del paddock del circuito japones. “La casa rodante de Bernie siempre es la primera en entrar y la primera en salir”, comenta riendo John Werry, ingeniero de servicio. “Después entra el equipo, y es en ese momento que podemos entrar nosotros para estacionar los camiones y poder montar los garages”. Los toldos se montan muy rápido y luego las puertas de los cuatro transportadores de llantas se abren, es entonces donde comienza el trabajo.

“Los neumáticos han sido acomodados en el camión de acuerdo a cuales serán usados primero, lo que significa que los primeros en salir, también serán los primeros en ocuparse. Toma un poco más de tiempo cargarlos de de esa forma, pero ahorra mucho tiempo después”. Los sets están numerados en un formato estandarizado: número de auto, seguido del código de la llanta (0 para duras, 1 para suaves, 2 para suelo mojado, y 3 para condiciones extremas de suelo mojado), después viene el número de set. El número 206 significa que es para el auto “2”, el “0” designa que son duras, y el “6” es el número de set. Casi siempre el set número 6 se usa para la carrera.

El proceso de colocación de las llantas se desarrolla en las siguientes etapas: chequeo, montaje, inflado, balanceo, y chequeo final. Conforme las llantas salen de los camiones, los sets se ajustan a sus rines y se marcan tachando el código de barras del neumático y el número de set. Antes del montaje, el rin se cubre con un pegamento de neumáticos, para que entre el borde interno de la llanta, el cual es rígido, con ello también se previenen fugas de aire. Un tipo fornido ajusta la llanta en su lugar. Si tiene mucha práctica puede colocar cuatro llantas en cuatro minutos. Los rines son igual de anchos que los de un Ferrari 599 y con el mismo diámetro que los de un Mini.

El sonido de una llanta siendo inflada es un estallido al ajustarse a su posición final. Durante el inflado son bombeadas con aire seco que llega hasta las 50 lb/p2 de presión para ajustarla perfectamente en su sitio y después se baja a 20 libras. El balanceo es el paso más delicado del proceso, porque debe ser correcto hasta el último gramo. Un error y el piloto tendría que enviar una solicitud de reembolso del seguro de gastos médicos mayores a las oficinas de Kodaira. Un sistema electrónico hace girar la rueda e identifica los puntos que no están balanceados.

Los pesos adecuados se colocan en los rines internos y/o externos, de acuerdo con las preferencias del equipo. Si no se requirió ninguna compensación para el balanceo, se escribe “B OK” en la cara lateral de la llanta, así los equipos no mandan de nuevo esa pieza a balanceo. Ahora viene la revisión final. Se limpian los residuos de pegamento y se quita la etiqueta; se montan en una repisa junto con los demás para corroborar que todos los códigos barras coincidan. Si se requiere cambiar alguna llanta por alguna falla, la FIA desactiva el código de barras y un repuesto es traído en camión. Parece algo muy elemental, pero sí garantizan paz mental e igualdad en la pista.

Bridgestone trabaja rápido: ajustan de 12 a 14 sets en un ahora. El proceso toma unas 30 horas de trabajo intenso para alistar los 420 sets necesarios en un fin de semana de competencia. 09314076 fue ajustada el jueves antes de la carrera. Luego de tres días en las mantas de calentamiento, el set 206 es enviado al auto de Fernando Alonso para la primera parte de la competencia – 23 vueltas en Japón. A pesar de un desempeño perfecto, la llanta es enviada de vuelta a sus creadores. Es la maldición para cualquier Bridgestone Potenza: ganar no te hace especial. “Hay 18 carreras este año, y las hemos ganado todas”, dice John Werry antes de regresar al trabajo. “Tenemos el auto más rápido, pero el más lento también es de los nuestros”.
Video Bridgestone F1

Fuente: F1 Racing.

No hay comentarios: