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jueves, 23 de octubre de 2008

PUNTO Y APARTE. Corvette ZR1.

Una de las primeras veces que se vió un Corvette en México fue a principios de los noventa y ver un ZR1 con motor LT5 de 405 hp era aún más raro. Aquello que consideraba un verdadero auto de culto se convirtió en un monstruo después de manejarlo en línea recta y enterarse de que era uno de los 448 que se hicieron en todo el mundo, y más cuando en México sólo se manejaban Spirits, Golfs, Tsurus, y uno que otro Thunderbird Súpercargado, por ello ver un verdadero auto deportivo era una delicia.

1995 fue el último año en que la denominación ZR1 apareció en un Corvette apareció en un Corvette, precisamente en la generación C4 y continuando con el legado del más importante auto americano. 10 años después se escuchan rumores de un posible renacimiento en esta división, precisamente en la generación C6, pero fue hasta el pasado Autoshow de Detroit cuando por fin, el rumor se hizo realidad: el nuevo Corvette ZR1, que según sus creadores, sería el mejor de la historia. Con el paso de los meses, las especulaciones empezaron a darse durante todo el año y fue hasta hoy que la producción en serie comenzó a darse con la intención de generar 1,800 unidades al año para repartir autos a nivel mundial. En México no podremos verlo en las concesionarias debido a que no califica por las altas emisiones de ruido, pero bastará con pedirlo a algún importador para traerlo a suelo mexicano por un poco más de 103 mil dólares.

Quince años más tarde me encuentro viajando a Detroit, en un apretado asiento de clase turista porque desafortunadamente el vuelo está lleno y mi upgrade tuvo que guardarse para el siguiente vuelo. Resulta fácil leer que sólo serán tres horas y media de la ciudad de México al Metro Airport de Detroit, pero en medio de dos enormes gringos cuando tu espalda mide 44cm no es una experiencia recomendable. A casi dos horas de haber despegado y mantener cruzados los brazos para evitar incomodar a mis compañeros de fila, la sangre comenzaba a dejar de sentirse en los dedos de las manos aunque mi pensamiento era de satisfacción al imaginarme detrás del volante de aquel monstruo de 638 hp – sólo sabía de él por las pobres reseñas que leía en Internet o en otras revistas extranjeras – a tan sólo unas horas más de vuelo. El esfuerzo valdría la pena.

POR FIN, EL FIN.
Una vez más, el reloj despertador no sonó o mi cansancio no me permitió escucharlo y por poco pierdo el transporte a la pista de pruebas en Milford, un enorme polígono industrial propiedad de General Motors donde apreciamos más de un auto camuflado y que en algunos meses rodarán por las calles. Pero esa es otra historia, incluso no les di mucha importancia porque el vehículo con la mayor cantidad de caballos de fuerza que había manejado hasta aquel momento, se encontraba a unos cuantos minutos, todo para mí. Mi idea de un Corvette era el de un deportivo muy difícil de manejar debido a mis anteriores experiencias, con una suspensión dura como piedra, con interiores plásticos que dejan mucho que desear, ruidoso como todo un Muscle Car, apto sólo para acelerar en línea recta y con un habitáculo susceptible al enorme calor que emiten los tubos de escape de la parte baja. Nada alentador.

POR FUERA.
El look de este demonio es de supremacía, se antoja estar detrás del volante. Toda la carrocería es de aluminio hidroformado excepto el toldo, spoiler delantero y trasero con luz de freno, estribos laterales y el cofre – aspecto más distintivo del ZR1 al tener una ventana de policarbonato en la parte alta del motor que deja ver una tapa con la leyenda LS9 Supercharged haciéndole honor al enorme monstruo de 6.2 litros que lo mueve – que son de fibra de carbono, además de otros detalles de magnesio. Todo este conjunto le da una rigidez impresionante al hatchback coupé más famoso del mundo.

Los enormes rines de aleación de aluminio de 19 pulgadas adelante y 20 atrás son vestidos por unos nuevos neumáticos Michelin Pilot Sport PS2 ZP (zero pressure) desarrollados especialmente para el ZR1 en la pista de Milford. Destacan los discos de freno carbonocerámicos de 396mm adelante y 380mm atrás, cuyos calipers delanteros portan seis pistones y los traseros cuatro, construidos por Brembo. Harlan Charles, Director de Producto, asegura que éste es el mejor Corvette de la historia y ha sido gracias al desarrollo e investigación en las carreras de autos turismo en el Campeonato American Le Mans Series y el triunfo de su categoría en las 24 horas de Le Mans.

DESDE ADENTRO.
El interior es uno de los elementos en el que pusieron mayor cuidado, ya que los clientes se quejaban de la calidad en los materiales demasiado plásticos y querían un toque más distintivo. En el Corvette Z06 lo hicieron y se notaba muy poco la diferencia pero ahora el refinamiento es una de sus armas más fuertes. A diferencia de las otras versiones, el ZR1 tiene logotipos en las molduras de las puertas, en las cabeceras de los asientos, en los diales del tablero, que además el medidor del Boost y un velocímetro con la temible cantidad de 370 kms/hr.

Los asientos son ultraligeros pero muy resistentes, configuración de piel en distintos tonos, navegador satelital, Bluetooth, comandos de voz y sonido Bose en la versión más equipada. Mi idea errónea del incomprendido Corvette seguía desvaneciéndose mientras más lo conocía de cerca.

EL MANEJO.
Todo el auto es un conjunto de tecnología aplicada a la seguridad y excelente desempeño, ya que cada pieza esta pensada para llevar al Corvette a los 340 kms/hr de forma adecuada y segura para los ocupantes. Nosotros no fuimos tan osados para manejarlo a esa velocidad, pero bastó con que un piloto de pruebas de General Motors nos diera unas hot demo laps alcanzando los 245 kms/hr para constatar su enorme potencial.

Eso fue divertido pero el plato fuerte sucedió al colocarme el casco, subirme al ZR1 y comenzar la prueba dentro de la pista. 3, 2, 1 … pisé el acelerador a fondo y las 595 lb/pie de torque se sintieron a lo largo de mi columna vertebral; al cabo de cuatro segundos ya había rebasado los 100 kms/hr y apenas estaba pensando en meter el clutch para cambiar a segunda marcha. ¡Impresionante! La bella sinfonía de los escapes y el bramido del supercargador llenaban cada parte del habitáculo aún con los vidrios cerrados y la radio satelital tocando canciones de Madonna.

La primera curva se acercaba y mientras trataba de separar mi humanidad del asiento, pisé el freno con fuerza y perdí inercia, dándome cuenta de que los frenos hacen bien su trabajo y que podía llegar con mayor ímpetu al siguiente giro. Curvas cerradas, ciegas, de doble trazo, con un peralte de 28° , medio ovalo y varios saltos fueron bien dominados por el ZR1 y es que Nürburgring, fue el lugar donde se desarrolló en su totalidad. En esta primera vuelta me presenté, comencé a charlar con el auto para entendernos un poco más; en la segunda vuelta ya éramos amigos y me daba el lujo de llegar más pasado a las frenadas, sobrevirar un poco en las curvas y llevar el motor a las 7,000 rpm. La dirección transmite cada partícula de movimiento de muñecas; la suspensión se hacía más rígida conforme acelerábamos y tomábamos las curvas y por más que quisimos cansar los frenos, no nos dio tiempo.

Aquella sinfonía motor/escapes era un deleite a los sentidos, la transmisión de cambios cortos no dejaba caer las revoluciones y siempre se escuchaba el performance del motor LS9 en sus notas más altas. Aunque no lo creas, se llegan a desarrollar fuerzas G laterales a la hora de tomar las curvas, mi cabeza y estómago lo sintieron, y más cuando decidí sacar la cámara de video.

Era hora de bajarme y cederlo a otra persona … estuve a punto de sobornarlo con los pocos dólares que me quedaban para seguir manejando pero los instructores aseguraban que para un novato, un tercer giro puede ser mortal ya que la confianza empieza a rondar tu cuerpo. Y definitivamente probar los sistemas de seguridad del ZR1 no era lo más apropiado y teníamos todo el día para seguir con la prueba.

Definitivamente la idea del Corvette inmanejable quedó atrás, el ZR1 es un súper deportivo capaz de derrotar en cualquier pista al Nissan GT-R, al Viper SRT10 ACR, incluso al poderoso Porsche GT2. El mejor Corvette de todos los tiempos ha llegado y permanecerá aún cuando las regulaciones de CO2 estén tan exigentes, ya que la esencia de este auto sobrepasa cualquier ley, y nos orilla a pensar con el corazón, y no tanto con la cabeza.


Video Corvette ZR1 2009


Fuente: Car Magazine

2 comentarios:

A.Limon dijo...

El unico de la familia corvette con llantas MICHELIN.

autoworldgarage dijo...

Sin embargo ese mismo modelo de llanta Michelin Pilot Sport PS2 ZP (zero pressure) puede ser utilizado por los modelos anteriores de Corvette para optimizar las prestaciones de los mismos.